El color que ponemos en nuestras paredes no es una decisión a tomar a la ligera, ni mucho menos. De ello dependerá cómo quede el resto de decoración y el ambiente que sugiera nuestra casa. Hoy vamos a hablar de una opción atrevida pero de lo más elegante como es pintar las paredes negras. Como para gustos, colores (y nunca mejor dicho), veremos varias opciones para que incluyas este recurso decorativo en casa adaptándose a ti.
Combínalas con paredes blancas
El contraste es una de las ventajas de tener paredes pintadas en negro. Gracias a este color oscuro podemos crear efectos ópticos muy llamativos, como el que surge de combinar paredes negras con blancas. Además, los tonos claros, no solo en las paredes sino en los adornos y muebles también, suavizan el efecto que se crea con un espacio tan grande pintado en negro.
Vía Pinterest
Añade piezas de colores vivos
Seguimos con el contraste, pero ahora en lugar de buscar suavizar el ambiente, lo que conseguiremos será hacerlo más potente y llamativo aún. Combinando paredes negras con colores vivos, hacemos que esa pieza colorida se convierta en el centro de atención y nos conquiste nada más verla. El negro de fondo es el marco perfecto para tu color favorito, nada lo hará resaltar más.
Pártelas en dos
Si una pared pintada en negro por completo no te convence o te parece que oscurecerá demasiado tus estancias, puedes optar por pintar tan solo una parte. También conseguirás un efecto genial y quedará aún más original. La opción más recomendable en este caso es partir la pared entre negro y blanco, con otro color habría que tener mucho cuidado con las combinaciones, es más arriesgado y complicado que quede bien…
Vía Homes to love