Con el cambio de hora suele llegar el buen tiempo y, aunque ya conocemos el dicho de «hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo», estamos deseando que llegue el calor en esta primavera y en el verano venidero.
Por otra parte, parece que la situación sanitaria seguirá invitando a propietarios e inquilinos a permanecer en sus casas la mayor cantidad posible de tiempo. Es por este motivo que será esencial mantener la casa fresca. Afortunadamente no es una tarea complicada, sobre todo se aplicas estas claves.
Casa con viento fresco.
Un buen aire acondicionado
Disponer de un adecuado sistema tecnológico en el hogar es fundamental si se pretende conseguir un bienestar óptimo dentro del mismo. En este sentido es ideal el aire acondicionado por conductos. Y es que cada estancia presenta una temperatura estable sin diferencias apreciables entre unas y otras. Por ende, lo agradecen aquellos usuarios que suelen cambiar de un habitáculo a otro de manera frecuente.
Además, debido a la gran variedad de aparatos de aire acondicionado disponibles hoy en día, la personalización es máxima en todos los sentidos. Una clara muestra de ello son los revestimientos de colores, dando pie a que el conjunto quede perfectamente integrado en cualquier tipo de vivienda, indistintamente del estilo preferido por el propietario o inquilino: rústico, nórdico, minimalista…, el que cada uno elija.
Ventilar bien
Por suerte, las noches de primavera y verano pueden llegar a aportar una menor cifra de grados en el interior del domicilio. Para tal fin es esencial abrir las ventanas desde las ocho de la tarde. Dos o tres horas, o hasta que te vayas a dormir, bastan para que se produzca una buena ventilación.
Algunos usuarios optan por no hacerlo. El motivo reside en que en su zona hay muchos mosquitos y otros insectos que pueden penetrar por las ventanas que permanecen abiertas. Si también es tu caso, la mejor solución es la de instalar unas mosquiteras.
Gracias a los modelos de tipo cortina magnética, el resultado es agradable a nivel visual sin que se resienta la decoración de la vivienda. Además, su instalación es muy sencilla, bastando con disponer de silicona.
Decoración ligera.
Textiles frescos.
El tipo de ropa de cama por el que se opta también puede favorecer la frescura de la casa. Un material altamente recomendable por su ligereza es el algodón. Sin embargo, cuando refresca algunas noches (sobre todo en las que llueve), no es suficiente para abrigar adecuadamente a ciertas personas. Si es tu caso agradecerás disponer de una manta de coralina. Destaca por abrigar bastante a pesar de ser ligera. Además, no provoca sofocos al evitar el aumento de la temperatura corporal, sino que simplemente la mantiene, tal como sucede con la lana de oveja merina.
También las cortinas serán clave a la hora de mantener la casa fresca, pudiendo elegir textiles como el lino para conseguirlo. Con este tipo de material, la luz sigue entrando pero con menos intensidad. También nos ayudará en la tarea de ventilar las estancias, ya que dejará pasar el aire de fuera pero evitando ráfagas molestas o insectos indeseados.
Colores fríos.
Algún truco visual tampoco está de más para conseguir esa casa fresquita que buscamos con llega el buen tiempo. Decora con una gama de colores fríos para que te de sensación de frescura. Blancos, azules, verdes, violetas,… la gama a elegir es amplia y muy apta para cualquier gusto. Así incluso puedes aprovechar la excusa para renovar un poco tus textiles o detalles decorativos.